Un voyage à Lanzarote.
Je n’y étais pas allée depuis qu’on a quitté les Canaries quand j’avais 7 ans. Il a une impression d’étrange familiarité, ou simplement de l’admiration face à ce paysage volcanique. Les éléments s’imposent, rien n’échappe à leurs couleurs et leurs formes.
Tu étais peut-être trop petite pour te rendre compte mais c’est très dur de s’adapter à la vie sur une île quand on n’y est pas né. Il y a une sorte de climat mélancolique. Ton horizon le plus lointain est à quelques heures de route.
Lanzarote. Primera estrofa
A César Manrique,
pastor de vientos y volcanes
Vuelvo a encontrar mi azul,
mi azul y el viento,
mi resplandor,
la luz indestructible
que yo siempre soñé para mi vida.
Aquí están mis rumores,
mis músicas dejadas,
mis palabras primeras mecidas de la espuma,
mi corazón naciendo antes de sus historias,
tranquilo mar, mar pura sin abismos.
Yo quisiera tal vez morir, morirme,
que es vivir más, en andas de este viento,
fortificar su azul, errante, con el hálito
de mi canción no dicha todavía.
Yo fui, yo fui el cantor de tanta transparencia,
y puedo serlo aún, aunque sangrando,
profundamente, vivamente herido,
lleno de tantos muertos que quisieran
revivir en mi voz, acompañándome.
Más no quiero morir, morir aunque lo diga,
porque no muere el mar, aunque se muera.
Mi voz, mi canto, debe acompañaros
más allá de las edades.
He venido a vosotros para hablaros y veros,
arenales y costas sin fin que no conozco,
dunas de lavas negras,
palmares combatidos, hombres solos,
abrazados de mar y de volcanes.
Subterráneo temblor, irrumpiré hacia el cielo.
Siento que va a habitarme el fuego que os habita.
Rafael Alberti